Llevamos mucho tiempo siguiendo el proceso de resucitado de la furgo del amigo Kiko. Por fin ha iniciado su penúltimo viaje: el que la lleva hasta el chapista para el enlucido final y el pintado.
La tarea ha sido larga y hecha con mucho cariño. Su dueño la ha lijado, saneado, soldado, empastado y enfondado hasta en el más mínimo recoveco de los bajos y el interior. Dentro de poco, los últimos "bollos" que le quedan desaparecerán y una sorprendente mezcla bitono cubrirá todo su cuerpo de kombi.
Los sentimientos han sido encontrados al subirla a la grúa. Por una parte la alegría de saber que volverá más guapa y casi terminada, y por otra parte la tristeza de saber que no ocupará su sitio en el garaje durante semanas...
La izaron a la plancha con cuidado para evitar cualquier susto de última hora.
Y un sábado por la tarde partió rumbo a la aventura, de donde volverá con renovadas fuerzas y dispuesta a demostrar que 40 años a cuestas no son nada para una T2. ¡Hasta pronto compañera! Seguro que la espera merecerá la pena...
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