Tras una temporada de parada técnica y con el susto en el cuerpo temiendo ser la "próxima baja", el domingo salí a dar una vueltita por el norte. El día estaba frío y gris, lo que se agradecía después de los calores sufridos durante la semana. Tras una marcha suave y agradable llegamos a la noble Villa de Garachico, donde paré a sacar unas fotos...
Luego seguimos ruta hasta la pequeña Villa de los Silos, en cuyo mercadillo pasamos un ameno rato de compras...
A la vuelta hacia la Orotava, paré pasado el barranco de Ruiz, en una barranquilla frente a una antigua casa de caminero y fonda, de las que solía haber en nuestras antiguas carreteras hasta bien entrado el siglo XX.
Siempre me había llamado la atención una pequeña plataforma de dicha barranquilla que está justo al borde de la carretera...
Fijándome bien, vi que había un grueso cable de acero que descendía desde la parte alta de las fincas, justo bajo los riscos, hasta la carretera donde yo me encontraba.
En la parte superior, en lo que parecía un cuarto de aperos sin encalar, había auna plataforma metálica unida al cable. No había duda, se trataba de un montacargas artesanal. El ingenio de nuestros agricultores, y lo complicado de nuestra orografía insular despiertan el ingenio hasta límites insospechados. Obviamente el teleférico o montacargas es para útiles de labranza y piñas de plátanos. ¿Me pregunto si el propietario también viaja en él?
Pues tras haber satisfecho mi curiosidad seguí camino. Queda mucha carretera por delante y muchos lugares casi escondidos como éste por descubrir...
1 comentario:
ese "montacarga" tenía mejor pinta antes de ser reformado cuando arreglaron el tramo de carretera donde parastes, alguna que otra piña he visto bajar por ahí cual funicular se tratara.
Salud y República ...
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