Hoy domingo me acerqué a ver al amigo Eduardo a la Laguna. A pesar del forzoso parón, sigue con la moral alta y armado de paciencia. Al golpito y bajo un radiante sol lagunero nos acercamos hasta el Camino Largo, al extraño castillo allí plantado hace años. Dentro había una feria de antiguedades organizada por el colectivo de antiquarios de Tenerife. Disfrutamos de una "visita VIP" sólo para nosotros y disfrutamos como enanos viendo coches matchbox, postales antiguas de la isla con escarabajos y VW y algún que otro tren de juguete.
Ya queda menos para que le quiten las grapas de la cicatriz y un par de meses para apoyar la pierna; pero ya sale a dar algún que otro paseo y dentro de nada lo volveremos a ver en las Kedadas del KAT aunque sea de copiloto (su otra pasión). ¡Ánimo!
1 comentario:
Alberto muchas gracias por ese paseo matutino, tenía muchas ganas de salir de casa (1 mes de encierro es muy monótono), con amigos así da gusto.
Un saludo,
Eduardo
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