Una vez dentro del garaje la desmontamos y empezaron a verla chapistas y a decir cifras astronómicas por arreglarla.
Asi las cosas, durmió casi un año el sueño de los justos y el octubre de 2007 Luis, un chapista a la antigua, que trabaja de tapadillo en un taller que amenaza ruina aceptó resucitarla por una cantidad convenida. La subimos a una grúa y pa´alla se fue...
Nada más empezar a meterle mano se vió que aquello tenía faena para rato...
Próximo capítulo: "No hay tranquimazín suficiente en la tierra para tanto sufrimiento..."
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