Justo en el límite entre el viaje a la chatarra y el rescate aventurero. Esta pobre Doka T2b vivió su época de esplendor hace años. Ahora la tienen para repuestos y/o donante de alguna congénere más afortunada.
Conserva parte de los hierros originales del toldo, pero cortados y soldados
a otra estructura para darle mayor utilidad.
El óxido comienza su lento pero inexorable avance,
comiendo trozos de esta superviviente.
Bastaría un poco de cariño, un motor, un intermitente y darle
una buena lijada, soldada y pintada.
¿Se apiadará alguien de ella o acabará sus días como la Doka Titanic?
Ya van quedando menos...
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