...moraban desde tiempo ha numerosos fierros encantados de los de aceite
en goteo y parada en astillero de vez en cuando para reparaciones...
Donde sus amos seguían confiando en aquestas monturas para ayudarles en las más elementales tareas del campo, bien fuera con poco o mal trato o dispensándoles un trato exquisito...
Donde abundaban los oasis por doquier, llenos de vegetación y de valiosas monturas.
Donde otras esperaban mejores tiempos al sol, ansiando ser rescatadas del olvido.
Y donde algunas pocas, pasadas penurias y años,
gozaban de una jubilación en todo su esplendor...
Ahí, justo ahí y en ninguna otra parte, ansío retornar para pasar mis últimos años contamplando estas maravillas y devolviendo la vida a alguna de ellas...
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