Hacía dos semanas que no arrancaba a Giulia y se hizo la remolona. Tras dejar que se calentara y recorrer el pueblo enfilé la carretera de las Cañadas para subir a lo alto del valle. Llegados al cruce de Bejnijos, tomamos dirección hacia Palo Blanco (White Stick).
La vegetación se mantiene viva y no se seca porque ésta es zona de mar de nubes y de lluvia horizontal.
La carretera estaba casi desierta y tan sólo me crucé con un par de lugareños que siguiendo sus viejas constumbres me saludaron agitando la mano. Les respondí y seguí adelante. Por el retrovisor pude comprobar que siempre se daban la vuelta para ver pasar la doka. A buen seguro que antes de las múltiples Toyotas, Mitsubishi y demás pickups japonesas que se veían a los lados de la carretera, tuvieron Dokas VW. ¡Haberlas conservado!
Desde aqui se divisaba todo el valle con la montaña de las Arenas en medio y los huertos de papas tapizando las tierras por doquier.
Tras pararme a ver a varias familias recogiendo papas (es época de recolección) seguí hacia el cruce de las Llanadas y proseguí hacia abajo, a los Realejos.
Frente a mi el macizo de Icod el Alto con la Corona y sus antenas a la vista.
Al final entré en el Realejo Alto y volví por la comarcal a la Orotava. La doka se portó genial. Mañana me la llevaré un poco más lejos con la familia. ¡A ver que tal resulta!
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