Fue una grata sorpresa encontrar esta doka superviviente de camino a Guayadeque. Aunque parece una T2b, en realidad es una de las primerísimas T2a a la que seguramente se le tuvo que reparar el morro por algún accidente y se le puso el de una T2b con intermitentes altos. El tipo de llanta denota 4 frenos de tambor, sin discos en las ruedas delanteras.
Para mayor asombro, los sillones delanteros correspondían a los de una de las últimas dokas fabricadas (cerca del 77-79) ya que tenían apoyacabezas integrados.
Y por detras, aparte de la jaula para perros de caza tan característica, le habían acoplado las ópticas largas de la T2b en los pequeños huecos de las de la T2a, que quedan en una posición más hacia el interior.
Una curiosa mezcla que denota afán de supervivencia y cariño por un vehículo que si pudiera hablar contaría, sin duda, muchas historias vividas en las carreteras de Gran Canaria....
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