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miércoles, 27 de febrero de 2013

UN PASEO POR LAS NUBES CON SONIA (2).


Bien, comenzamos el relato del sábado sin más dilación: Tras recoger a la amiga Sonia en el muelle subimos hasta la PCan de la Esperanza donde Kiko y Felipe ya aguardaban nuestra llegada. Tres sedanes y una doka, buen equipo para iniciar el ascenso a las Cañadas del Teide.





Según ibamos llegando a las Raices, el tiempo cambió y una fina y pertinaz llovizna mojó todo el asfalto. Gracias a la foto de Sonia podemos ver a mi Doka Giulia entrando en el banco de niebla, como en la peli de John Carpenter pero con menos miedo...


La siguiente parada fue en el Mirador de Ortuño, donde Santa Cruz 
se divisaba bajo un plomizo cielo encapotado.
 


Alineamos los coches, para regocijo de los guiris que allí había.


Ya pasados los 1800 metros volvimos a parar para sacar unas fotillo y contemplar el paisaje. El escarabajo de Kiko brilla tanto que cuando le da el sol resulta casi imposible sacarle una foto...




Esta era la vista que nos obligó a parar: justo cuando salíamos de mar de nubes vislumbramos el Teide al sol sobre el blanco Valle de la Orotava.


El pinar se "sumergía" entre las nubes de forma fantasmagórica. A la bajada nos tocaría sufrir conduciendo entre tanto blanco.


A los 2400 metros, en Izaña, tuvimos que parar para que los enanos se divirtieran jugando con la nieve. No quedaba mucha, pero si la suficiente como para hacer una guerra de bolas de nieve.


Desde allí fuimos rectos hasta el Portillo, y dejándolo a un lado, seguimos hasta el Parador de las Cañadas.A estas alturas, ya se notaba que los carburadores estaban algo más remolones aunque tragaban casi el doble de gasolina. ¡No recuerdo haber visto la aguja del indicador de combustible bajar tan rápido!
 

Tras un infructuoso intento de parar en la rotonda del Valle de Ucanca donde un plasta de las Brifor no nos dejó sacar fotos, paramos al lado delParador y aprovechamos para estirar las piernas. Sonia ni se quejaba y eso que había tenido una travesía movidita y no habíamos desayunado en condiciones...


El lugar era genial para esas fotos de "marco incomparable". Algunos no pudieron venir por tener otros compromisos. Una verdadera lástima porque el día era espléndido.

 



Tras reagruparnos con Felipe, descendimos por el Valle de la Orotava en medio de una espesa y niebla que me hizo recordar mi antiguo proyecto de instalarle a la doka unos faros para esas ocasiones. Las "dos velitas" que suelen llevar los VWs clásicos delante no son muy tranquilizadoras cuando sólo se ve en blanco...



Llegamos al Guachinche los Gómez sobre las tres y parecía que regalaban comida. Había gente hasta en el parking. Tras una espera amenizada con el ruido de nuestros estómagos nos sentamos a la mesa y nos "lanzamos" sobre la comida con avidez, es por eso que nadie se acordó de sacar una foto de la mesa: ¿Estábamos hambriéntos! Luego a casa a descansar, a la noche hubo "recepción" y al día siguiente nos esperaba otra ruta por el norte...

¡Gracias a Sonia por ceder el uso  de sus fotos!

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