Resulta extraño ver una doka en mi misma calle que no sea mi Giulia o la Gertrud de Zeben, pero aqui está una colega del 73 en mi calle. Necesita mucho cariño pero a buen seguro que su nuevo propietario se lo dará hasta devolverla a sus años de explendor. ¡Por cierto, bienvenida al vecindario!
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