Cuando entramos en el recinto, apenas había un par de guiris despistados tomando el sol en los bancos de madera...
Poco a poco nos fuimos ubicando...
Zeben bajó y se sumó con Gertrud, su doka, a la fila de aircooleds que asombraban a los turistas y transeúntes. Habría sido una buena idea cobrar a euro por foto....
La cosa se fue animando hasta que tras el helado y los cafés (dos horitas más tarde) optamos por salir rumbo norte. Debíamos ir al extremo oeste de la isla....
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