Como ya debe de haberse notado, otra de mis pasiones (aircooleds aparte) son los antiguos edificios industriales del siglo XIX o anteriores. Hoy traemos a este blog la historia del Electrón, pequeña central hidroeléctrica llamada así porque sus propietarios eran la compañía "El Electrón S.A.".
Estamos ante los restos de la primera central eléctrica de toda Canarias, que empezó a funcionar cinco años después de que se electrificara la ciudad de Nueva York. ¡Casi nada! ... Aqui hay una foto de época de las instalaciones en el Barranco del Rio, a la salida de la capital Palmera:
Estado del inmueble hoy en día:
Cuando atravesamos el puente construido al efecto, nos encontramos con una pequeña nave en cuya fachada se puede leer: "Electrón 1893". Esta hidroeléctrica estuvo en funcionamiento hasta 1954, cuando fue sustituida por una central térmica mucho más contaminante, la llamada Central de los Guinchos en Breña Alta...
El estado de abandono es lamentable: techos derrumbados, paredes desconchadas y la maquinaria y equipamiento desaparecidos, probablemente vandalizados hace ya muchos años...
Esta Central Hidroeléctrica supuso un hito en la vida de los Palmeros del siglo XIX, lo primero que se electrificó fue el alumbrado público de la calle Real, luego las calles anexas, y un año después ya contaba con 43 abonados...
Las antiguas oficinas presentan este ruinoso estado:
El emplazamiento de la turbina está intacto, lo que nos proporciona una idea de cómo debió ser su tamaño, de hecho, era una turbina hidro-dinamométrica tipo Pelton, de unos 0,2 ó 0,3 Megawatios, impulsada por el chorro de agua que generaba un salto de casi 100 metros de altura en la corriente constante del barranco del Rio:
La energía generada se amplificaba en un transformador como el de debajo y luego salía al exterior a través de un rudimentario sistema de postes de madera con aislantes cerámicos con esa característica forma de "fuelle":
El agua, una vez usada, se canalizaba por una inmensa tubería de hierro, de la que sólo queda la primera sección, y seguía su curso, barranco abajo, moviendo varios molinos de gofio existentes a los lados del cauce del barranco del Rio.
El caso es que las instalaciones del Electrón no sólo supusieron un salto tecnológico impresionante en la Canarias de finales del siglo XIX, sino que situaron a Santa Cruz de La Palma como la ciudad pionera de Canarias, y casi en la vanguardia mundial, puesto que un salto de agua y unas turbinas permitieron llevar alumbrado público a algunas calles de la capital palmera. Todo un avance tecnológico inimaginable por aquellos tiempos y que hoy en día, curiosamente, representan un modelo de desarrollo absolutamente sostenible y eficaz que se intenta imitar en muchos sitios como si de un descubrimiento reciente se tratara.Los palmeros de entonces cambiaron sus hábitos de vida y comenzaron a pasear al anochecer, cosa poco recomendable hasta entonces. La ciudad vivió un nuevo esplendor comercial y social.
El Electrón no fue la única. En el norte de la isla, en el municio de San Andrés y Sauces, aún funciona otra central Hidroeléctrica (la única de Canarias en la actualidad), la llamada Central del Mulato, dentro del precioso paraje protegido del Bosque de los Tilos (y que tengo el honor de conocer por dentro), que aunque de principios del siglo XX, tiene su encanto. Pronto verá aumentada su capacidad de 1,5 a 5 megawatios.
El Electrón no fue la única. En el norte de la isla, en el municio de San Andrés y Sauces, aún funciona otra central Hidroeléctrica (la única de Canarias en la actualidad), la llamada Central del Mulato, dentro del precioso paraje protegido del Bosque de los Tilos (y que tengo el honor de conocer por dentro), que aunque de principios del siglo XX, tiene su encanto. Pronto verá aumentada su capacidad de 1,5 a 5 megawatios.
Existe un convenio de restauración de la Central del Electrón entre el Ayuntamiento capitalino y Endesa, heredera de las instalaciones. Se proponen convertirla en un pequeño museo sobre la industrialización en la isla. Además una empresa Suiza prevee construir otra hidroeléctrica en Barlovento, usando un proyecto similar al que dentro de poco se inagurará en la isla del Hierro.
¡Apostemos por las energías limpias y renovables, nuestros tatarabuelos Palmeros ya lo hacían!
Gracias a un grupo de amigos de la Isla Bonita por las fotos que ilustran este post.
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