CANCIONES PARA RODAR....

miércoles, 8 de junio de 2011

DE BELINGO NOS VAMOS AL MONTE...(Parte 2)

PARA VER LAS FOTOS EN GRANDE HACER CLICK SOBRE ELLAS.

Habíamos acabado la primera parte de la crónica de la "5ª subida a las Cañadas del Club de Coches Antiguos de Tenerife" con la llegada al Portillo, donde, para mi asombro, pasamos como una exhalación sin detenernos a tomar un mísero café....luego comprobaría que la espera tendría sobrada recompensa...

Ya dijimos que la conducción a partir de los 1800 metros se volvió "fina". Aqui vemos al sufrido Eduardo conduciendo mientras mantiene la palanca de cambios apoyada en la rodilla para evitar que salte la 2ª marcha, cada 2x3 tenía que darle a la rueda de la base de la caña del volante para regular el flujo de gasolina, o, tirar de ella para abrir o cerrar el paso de aire al carburador...¡Fina, muy fina!


Tras un corto paseo de apenas 2 minutos llegamos a la recta de los bares, donde también se encuentran las únicas casas de todo el Parque nacional. Aparcamos frente a la de nuestro anfitrión, el Sr. Rocío, y tomamos unas fotos de las bellezas allí estacionadas.






Hay que decir que no fué nada fácil, pues todos los coches de alquiler que pasaban, paraban de inmediato y sus ocupantes salían a sacarse una toto con los fotingos... los rodearon como abejas...




El Club de Coches Antiguos de Tenerife está perfectamente organizado como pude comprobar en esta 5ª subida a las Cañadas del Teide. Nada más adecuado para coche taller que este Mini Clubman Panel conducido por el mecánico del Club...


Tras el breve reagrupamiento frente al Bar Teide, proseguimos hasta el Parador...


Delante de nosotros, el otro Ford A Convertible del grupo nos guiaba por entre ásperas y cortantes coladas de lava surgidas antaño del Teide...


Aqui Eduardo posa con aire de triunfo en el mirador del Valle de Ucanca... ¡no es para menos, después de subir hasta aqui (2200 metros) en un coche de 1928 y con apenas experiencia en conducción de "bólidos" como éste!


El Ford entre congéneres en el marco más incomparble de nuestra tierra...







Las damas de la organización nos obsequiaron con un tentenpié, mientras los caballeros hacían despliegue de sus habilidades como bodegueros o sumilliers brindándonos vinos de lo más variado... Resultó alucinante ver salir todo aquello de los baules porta equipajes de los coches...


Tras el desahogo y 500 fotos, volvimos al chalet donde ibamos a comer. Esta vez aparcamos en plan salida tipo "Le Mans" para disfrute del personal allí congregado y los miles que a lo largo de la tarde pasarían por allí a posar con los "fotingos"...


Hay que destacar la calidad (y enorme cantidad) de comida desplegada sobre las mesas en la terraza con vistas al mismísimo Teide. Por supuesto Eduardo había olvidado el detalle de decirme que cada uno se llevaba algo de comida o bebida. Afortunadamente su tio, don Emilio, nos brindó una opípara comida que luego puso en graves aprietos a la suspensión por ballestas del coche...



Otro precioso Ford al que le hemos "tuneado " la foto para darle un aire más retro...


Ramillete de bellezas despertando pasiones...





A eso de las 4, y por tener otro compromiso yo, volvimos al coche y emprendimos el descenso por donde mismo habíamos subido. El calor y el sol "a fuego" se notaban en nuestras cuasi-guiris caras, rojos como cangrejos, ¡víctimas colaterales de pasear en descapotable con semejante día de verano!



El paso por los "azulejos", justo bordeando el Valle de la Orotava, fue un agradable paseo que nada tuvo que ver con la "angustiosa subida" cruzando los dedos para que el coche no se parase, y dándole constantemente al mando de la mezcla del carburador hasta encontrar la justa medida...


Esta vez pasamos más frío a la bajada que a la subida, también llovía más y la niebla era más espesa (y los frenos más endebles...recuerdo como un flash cierto "drifting" en una mojada y poco visble curva...)


Y cerca de las 5 de la tarde guardamos al espléndido Ford A del 28 en su garaje hasta un próximo volteo.


Un día increíble, un coche soberbio (sabiéndolo llevar y no lo digo por Edu, sino por mi...), e inmejorable compañía la del Club.

Agradecer a sus miembros,a Eduardo Pérez- Ascanio por llevarme de "copiloto" y, sobretodo, a don Emilio Pérez- Ascanio su generosa invitación, que me ha permitido descubrir una afición que intuía pero hasta ahora desconocía. ¡Muchísimas gracias!

1 comentario:

Eduardo Pérez de Ascanio dijo...

Alberto, sabes que cuento contigo para la próxima, y si te animas lo pruebas un rato, fenomenal el reportaje, como siempre, un saludo.

Eduardo